El capataz se engancha en los cuentos de mamá, que abandonó la timidez y ante la amabilidad de los anfitriones ya camina ligero por dentro de la casa, metiéndose en las habitaciones, interrumpiendo los cuentos con "permiso, acá era...". Hace ademanes, señala la pared, el piso, explica, se ríe. Todo junto. La abuela no deja de mirar esos recados y nos dice: acá es donde murió el tío Lelé. Había un banco de madera. Venía de ese molino y le dio un tirón en el brazo. "Infarto" dice el capatáz. "52 años" dice mi abuela. " Chueco, mi marido, lo subió como pudo al jeep y lo llevó al pueblo, pero llegó muerto. Lo atendió el doctor Roncero, un amor de Dios ese doctor". |
3 comentarios:
Qué placer leer todo esto, qué hermosas las fotos y esta historia. Un beso
qué viaje tan emotivo!!! amé cada foto!! todas lindas, cargadas de sentimientos, en especial la de tu abuela, en la que aparece su mano con el anillo, me hace acordar a las manos de mi abuela, de mucho trabajo y sacrificio, ella todavía a los 81 años sigue haciendo cosas dulces para nietos y bisnietos, besos!
Precioso viaje impagable. Esas reacciones... "vamos" y los recuerdos estallando como burbujas mágicas x todos lados... precioso, una joya.
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