24/8/12

lo que me encontré en el día

Hoy salí para el barrio a dar el taller y caminé hasta la parada de la 506 del parque Independencia.
Me encontré al Loco Montenegro entrenando en el medio del Parque y me dio alegría. Tanto que le sonreí, de cholula, creo que lo saludé con la mano. A mí me cae muy bien porque me acuerdo de las historias esas de él en Burato de pibe, todos los veranos con la pelota en la mano,a  veces en la cancha de basket del FTC, jugando solo. A él no le caigo bien porque ni me conoce pero igual me saludó con una sonrisa.
Algún día tengo que verificar si era todo cierto que él iba a Burato porque a veces las historias de Burato tiene cierta ficción de la historia oral que es hermosa pero es ficción.
Por ejemplo, en una libreta tengo anotada una historia que me contó el papá de mi amigo Lucas. Dice que el Bebe M. cuando era joven peleó con el oso de un circo y que como ganó, de premio, hizo entrar a todos los chicos que estaban esperando afuera, gratis. Una vez pregunté si era cierto y mi mamá me dijo que obvio, que antes era muy común que uno de los espectáculos del circo sea que un hombre pelée con el oso.
Me fui de tema. Eso, que tendría que ver cuán verídica es la historia de Montenegro porque puede ser ficcionada como la historia del Bebe y el oso. Igual el tipo me cae bien por una historia que una vez escuché de que su esposa tenía mucha ganas de comprar un escarabajo rosa y él se lo fue a comprar y como encontró más atractivo un colectivo se compró el colectivo.
Cuestión que estaba ahí esperando la 506 y mirando a Montenegro correr y me encontré otra cosa: las hojas de carpeta de un nene que se llama Thiago. Habla de los satélites, el mal de chagas y de la poesía. En tres hojas habla de todo eso, escrito sin faltas con letra chiquita y mucha naturalidad. Alguien sabe por qué un nene que colecciona tantos dieces tiraría abolladas sus hojas de carpeta a la calle?
Después vino Guido, nos tomamos el cole, llegamos al barrio, a la biblioteca. No había llegado ninguno de los chicos. Silvia estaba acomodando libros de una familia que había donado su biblioteca familiar. Entre todas las cajas había libros que descartar y cuestión que los me encontré justo eran a regalar y bueno, me los terminé quedando.
Más tarde me encontré abajo de mi casa unas hojas de remolacha (una bolsa enorme) y la verdulera me dijo que la bolsa estaba limpita y solo tenía eso, que si me interesaban me las lleve.
Ahora me hice una tremenda tarta de verduras con esas hojas y leo "Acupuntura y muerte". Qué tul.

MERCEOLOGÍA.

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Con este nombre me lo tenía que llevar sí o sí.

TABLAS ESTADÍSTICAS. El libro es todo así como en la foto. Algún día voy a saber de qué se trata.

?

La carpeta de Thiago

2 comentarios:

Ana Miravalles dijo...

uuuauuuu...!!!
un "inconfesable" y además, por lo que veo, compartido,placer ... ja ja!

alfonsina dijo...

:)
hola Ana!