11/12/10

Groppa







Vivo anotando. Escribo ( anoto ) en cualquier lugar ( calle, café, casa, mercado ) y con preferencia en libretitas tipo "Avón", con espiral, muy cómodas para "la cartera de la dama y el bolsillo del caballero".
Anoto lo que me sorprende. Luego, vuelvo sobre ello con toda "dedicación y esmero" como decía un artesano platero de filigrana, Isaac, que ya finó.
Las anotaciones se añejan en cajones de madera no necesariamente de roble. Allí reposan y maduran. Ahora pienso que lo mismo ocurre conmigo. Dijeron que se publica para no seguir corrigiendo. Así dijeron. Hasta entonces, corregir es enriquecer o por lo menos intentarlo, pensando que la poesía debe tomar "punto de hilo" como dicen las señoras y empanaderas que hacen jaleas, almíbares y dulces.
Cuando aparece, si es que se digna, nunca reparé en cómo lo hizo ni acompañada de quién y por qué vino.
Al Colofón de mi libro "En el tiempo labrador" (1966) lo finalicé así: ....... de mi poesía, nada sé, aunque es cierto - y triste - que entraña el miso / recato de las cosas que los años abandonan o llevan consigo para siempre".
Es probable que si vuelvo sobre ésto, lo corrija.
Pero sigo sosteniendo mi opinión con el antecedente ilustre de Albert Camus : hablar del oficio trae mala suerte y espanta a las musas.

Néstor Groppa





2 comentarios:

Germán dijo...

Aguante Groppa!...me encanta.

alfonsina dijo...

a mi también, es un genio