Cuando fui a Santa teresa el aire tenía un olor riquísimo. El olor a eucaliptus añejo me genera sensación de misterio, me gustaba cuando chica ir a jugar a lugares verdes, correr lo más fuerte posible con ese olor en la cara, saltar raíces, cortar hojas a la pasada, esconderme de alguien atrás de un árbol.
Los lugares se eligen por los olores del aire. Aire de montaña, aire de mar, aire de desierto, aire oleico de un barrio rodeado de industrias aceiteras como el Paso de la Arena. Ahí conocí un sonido inédito e incluso no creía que sean ranas, especificamente ranas, esa noche. Vos sabías que las ranas, en grupo, tienen como un canto, bastante triste, reiterado, que es un llanto consternado, aunque cadente y desolador? No sabía yo.
Caminando por las callecitas del Paso, curvadas y oscilantes en ancho y en tersura, oí el llanto de las ranas desde las gran acequia verde que rodea cada manzana, en donde convergen aguas de distintos lavarropas y bachas.
De dónde viene eso Gonzalo
El qué
Un ruido, que viene de allá, de cerca de la cuneta
Son las ranas de la acequia que hacen ese ruido.
Las ranas en la acequia tiran al aire ese sonido, al unísono. No salen de la acequia, no se disocian ni hacen canon. Se quedan ahí, todas juntas, en la misma línea. Copulando o llorando, no descubro la naturaleza del gemido. Solo de noche cantan así y el aire se mezcla, se enrarece. Van contando los segundos reiterados desde la cuneta. Imaginate que se podría hacer un mapa sonoro, y el canto de las ranas, desde arriba, delimitaría cada manzana del Paso.
2 comentarios:
Lo extrañaba...
Nunca te metiste una hojita de eucaliptus en la boca??? limpita... de bien arriba... fijate que no tenga ninguna cagada de paloma... si no no... es como las gomitas triangulares...pero si azuquitar...
Besos FOn
pao: tus comentarios siempre me caen simpáticos. Te juro que lo voy a hacer
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