24/6/10

Un café con leche corpulento
dentro del sector del día denominado
temprano con luz eléctrica.
Si salgo afuera veo el desierto parco y los olores
que destila la ciudad a la mañana.
Abro las ventanas.
Abro varias pestañas con distintos diarios,
equilibro la ira y el confort
como un malabarista
abro pestaña, cierro pestaña
que el ánimo no me quede
ni muy ácido, ni muy alcalino
para que no lo paguen mis vecinos
o para despertar descontextualizada.
En la practica pasé mi infancia
tirando el desayuno por la bacha de la cocina,
a espaldas de mamá,
por el comentario oscurito
de una chica de Fortín Mercedes
a los 7 años
durante un encuentro de gimnasia rítmica.
acá no se toma café con leche
porque te queda
aliento a pupila

Mi madre no era cura
pero la chica
se había acercado
a asegurarse nuestra energía diaria


Mis alumnos necesitan
un recorte periodístico para poner
copete, título, volante.
Mis alumnos van a llevar todos, recortes
del mismo diario.


La abuela decía,
hay que tomar leche
para ser fuerte
como el tutor de una planta,
poder correr,
hachar leña,
acarrear baldes con agua
desde el aljibe,
sin que te duela la espalda.



Abro otra pestaña
leo a María Do Cebreiro

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