13/4/10

La calidez se fue en un suspiro
la lluvia fina y transversal,
corta las figuras de los transeúntes.
De noche parece que todos lloran
por los ojos, las mejillas, por el pelo, el paraguas.
Pasando por la lavandería el perfume se mezcla
con el monóxido y huele a otra ciudad.
A tal punto no sé, por donde ando, percibo
una sensación y una colonia de hombre
que se vende en los quioscos.
Mientras la gente siga triste me queda
esperar, la limpieza de la atmósfera,
que se hagan de vuelta los colores.

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