Después del terremoto todo quedó 3 horas sin luz. Camila abrió los ojos desde arriba de la cama y dice que vio una estrella fugaz que atravesaba la ventana. Bajó a la calle, en patas. Lloró sin parar largo rato. No podía, me dice, no podía. Miró para arriba y vio estrellas. Nunca antes había visto el cielo de Santiago.
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