Me compré la bicicleta porque era verde
es cierto, no me fijé el resto.
Por el asfalto sano, entre el pedaleo y los rayos
de adelante, se inventa el mar.
Un mar de mezcla con río.
En el sonido las corrientes se juntan
lo dulce, lo salado, la mixtura.
Si voy por la calle de la vía
la bocina traquetea chispas.
O son grillos?
Los grillos te despiertan.
Cuando estas pensando en otra cosa
fijamente, los grillos te despiertan.
Por el camino de tierra esquivo charcos,
los avisto de lejos, los retengo en la vista.
Algunos eran ciertos otros se diluyen
en retina o el sol, no descubro.
Por las vetas del terreno el agua se escurre.
Yo los topo y salpico, se rearman.
Las lagunas pequeñas se evaporan a la tarde.
Otras quedan a la suerte de una brisa
del sur que las despeina suavemente.
Si los charcos de corren, que se corran los ríos,
que me sean cercanos y navegables.
Que yo pueda en mi bicicleta atravesarlos
de lleno y cruzar al otro lado, estilizando olas
leves
desde los pedales.