21/10/07

dicen que es día de la madre y en mi familia ya pautan una escapada al cementerio, a dejarle margaritas de colores a las más grandes de la mamushka. Es temprano, viajé en colectivo con las flores molestándome mucho, yo también voy a dejarlas.
Entramos como en peregrinación, nos gusta hacer eso. Las cinco. Mi abuela lleva tijeras para cortas los cabitos largos y paños blancos para quitarle el polvillo a las jardineras. Ella también lleva flores pero de su jardín. Las cuida todo el año nada más que para esto. Cuando las ve crecer dice: esta es para Lita, esta para Amelia, y así.
Llegamos a los de nuestra familia. Mi mamá empieza a acomodar todo, Sarita los saluda y le da un beso a cada placa. Lo hace con naturalidad, como conversa con cualquiera. Les dice siempre que estamos todos bien, que el abuelo no viene porque mucho no le gusta, pero que les manda cariños.
Con mis hermanas llevamos una libreta para anotar nombres. En algún momento uno necesita un nombre y no se le ocurre ninguno. En los cementerios hay de los mejores nombres. Anotamos: Toribio, Feliciana, Predestinado, Asunción.
A la vera de las tumbas crecen espárragos. Indagamos la planta toda, pero ha venido mucha gente y se los ha llevado todos. La abuela va entre las tumbas, va saludando gente. Graciela, dice, mirá que foto más linda tiene, riéndose. y le deja un ramillete que nos sobró.
Nos vamos, en peregrinación de vuelta, luego de su recorrido la abuela se va a despedir de los nuestros, otra vez besa cada placa y corrobora que todos tengan flor y helecho equitativo. Menos al viejo Alvarez. Este era un viejo de miércales, dice, más malo que un salado, no se merece la margarita, ponele más helecho y menos margarita.Viejo de miércales. Y le sacamos color y le dejamos helecho y hiedra. Que le da un poco de lástima pero no fue un buen hombre se va diciendo mi abuela.
Salimos de la zona de nichos, nos cruzamos con otra gente que viene por la zona de las retamas, felíz día señoras, nos dicen, felíz día.